Você está aqui: Página Inicial / Revista / Número 7 / Conteúdo / Políticas do esquecimento / LA HISTORIA LA ESCRIBEN LOS VENCEDORES

LA HISTORIA LA ESCRIBEN LOS VENCEDORES

Por Marta Ramos-Yzquierdo

 

“Una vieja historia, una de esas que son verdaderas y falsas, que suceden en todos lados y en ninguno”

Burckhardt, La cultura del renacimiento en Italia, 1958.

 

“Este descenso hacia los poderes oscuros, este desencadenamiento de espíritus atados por naturaleza, estos dudosos abrazos y lo que pueda tener lugar allí abajo, algo desconocido para los de arriba, que escriben sus historias a la luz del sol”

Franz Kafka, Cartas a Max Brod, 1904- 1924.

 

Vista de la exposición, planta alta: Martín Legón.

 

I (ARRIBA)

 

Televisión (Valencia, 1963)

Recuerdo que de todos los niños de la pandilla del barrio yo era el único que tenía televisor y que ese día salí disparado del salón familiar y, bajando las escaleras de cuatro en cuatro, alcancé la calle y fui al bar donde jugábamos al futbolín y les grité a todos que habían matado a John Kennedy; lo grité varias veces muy exaltado, “!Han matado a Kennedy, han matado a Kennedy!”, y recuerdo que el jefe de la pandilla, tan impasible como siempre, me dijo: “¿Y?”.

Enrique Vila-Matas, Hijos sin hijos, 1993.

 

En 1927 se documentan los primeros experimentos exitosos de Philo Farnsworth para transmitir una imagen en movimiento, en San Francisco. Primero fue una línea. Uno de los banqueros que financiaban las investigaciones exclamó “¿Cuando vamos a ver un dólar de esta cosa?”, así que la línea fue sustituida por el signo “$”. Tres años después, patentó el primer sistema totalmente electrónico de televisión.

 

En la misma época, la RCA (Radio Corporations of America), había contratado al investigador Vladimir Zworykin para desarrollar la producción industrial de la televisión. El inventor del tubo de rayos catódicos sin embargo no estaba teniendo éxito en la construcción del aparato casero. La RCA adoptó entonces el modelo de Farnsworth, implantando comercialmente un sistema. El propio inventor no había podido por falta de capacidad de inversión. La RCA no reconocía el invento de Farnsworth, no aceptaba la patente, y por tanto, no pagaba los derechos correspondientes. Durante una década se entabló una batalla judicial para el reconocimiento del padre verdadero de la televisión.

En 1939 se inaugura bajo el título “Construyendo el mundo del mañana” la Feria Mundial de Nueva York, que reunía ejemplos de avances tecnológicos así como representaciones culturales de otras naciones. Estados Unidos simbolizaba la idea de progreso y paz justo después de la Primera Guerra Mundial -y en plena depresión económica- coincidiendo con el 150 aniversario de la inauguración del gobierno de George Washington en la misma ciudad. En el discurso inaugural, las analogías del presidente Roosevelt unían los términos democracia, prosperidad, tecnología y ciencia con libertad, mientras, en los pabellones se exhibían nuevos productos de consumo que suponían la esperanza de recuperación de un país.

 

En ese contexto la RCA realiza la primera transmisión pública de televisión. Las primeras imágenes y palabras oficialmente televisadas fueron las del discurso del mandatario, que cerraba diciendo: “Es el inicio de la amistad, el inicio del progreso para la humanidad, el inicio de la mayor de las felicidades y menos dificultades, el inicio de la buena voluntad internacional, y, sobre todo, el inicio de la paz. Los meses venideros nos traerán los rayos de la esperanza eterna. Y por eso, mis amigos, ha llegado el momento de anunciar con solemnidad, quizá, pero con gran alegría, un hecho: por la presente inauguro la Feria Mundial de Nueva York de 1939, y la declaro abierta para toda la humanidad”.

Ampliando las “instituciones de confinamiento” foucaltianas, Tony Bennet analiza en su texto “El complejo expositivo” el museo y las grandes exposiciones como parte del entramado para la producción y distribución de conocimiento, y por tanto también de control por parte del poder. En la exposición de Nueva York, otras personalidades también visitaron la feria y dieron discursos que apoyaban el evento. Albert Einstein comenzó: “Si la ciencia, como el arte, tiene como misión el desarrollo total y completo, sus logros tienen entonces que ser no solo superficiales sino tener un significado interior: tienen que entrar en la conciencia de la gente”.

 

El 21 de julio de 1969, una frase icónica llegó a través de la televisión en transmisión vía satélite a más de 600 millones de personas. El astronauta estadounidense Neil A. Armstrong, tras el alunizaje de la nave Apolo XI, pronunciaba: “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”, para después clavar la bandera de barras y estrellas.

Son múltiples las teorías y testimonios que señalan la falsedad de las imágenes transmitidas esa noche por la NASA, así como de otras fotografías y documentos que ilustran el paso del hombre en el satélite terrestre. Detalles sobre el aire, en teoría no existente, que hace flamear la bandera, las marcas de estudio fotográfico en el suelo, la falta de desarrollo tecnológico necesario para el éxito de la misión, la necesidad de superar en plena guerra fría los logros de la perra Laika orbitando en el Sputnik lanzado por la Unión Soviética. En 2004 la viuda de Stanley Kubrik, cinco años después de la muerte del director, revelaba el encargo de la Casa Blanca de rodar la llegada del hombre a la luna en unos estudios al sur de Londres. La serie Mythbusters de la cadena Fox, iniciaba en 2008 su capítulo “NASA Moonlanding Hoax” con una frase: “El siguiente programa trata de una materia controversial. Las teorías expresadas no son la única interpretación. Los televidentes están invitados a juzgarlas basándose en toda la información disponible”.

 

 

 

¿Podríamos definir la construcción de esta historia icónica como una actualización del mito de un nuevo superhombre que no necesita de religión ya que por la técnica consigue lo imposible? .¿Un nuevo escenario en el que no hay dioses y las historias no pasan en un tiempo indefinido primigenio, sino que el hombre moderno vive en directo los hechos, gracias al progreso auspiciado y televisado desde el Estado? ¿será el de la revolución que auspiciaba Barthes, el de ese nuevo mundo sin mitos pero con productos?

 

Vista de la exposición, planta alta: Nicolás Lamas, Martín Legón, Felipe Ehrenberg, Guilherme Peters y Harum Farocki.

 

Vista de la exposición, planta alta: Almudena Lobera.

 

II (ABAJO)

 

“El que lo ha visto todo”

Comienzo de la Epopeya de Gilgamesh, s. VII a. C.

“En vez de hacernos recordar el pasado como los monumentos antiguos, los nuevos monumentos parecen hacernos olvidar el futuro”

Robert Smithson, Entropía y los nuevos monumentos, 1966.

 

El 23 de abril de 2005 se subió el primer video a YOUTUBE. “Mee at the zoo” muestra en 18 segundos a Jawed Karim, uno de los creadores de la plataforma explicando que se encontraba en el zoológico de San Diego, delante del área de los elefantes, de los que, según sus palabras, sólo podía decir que son geniales y con una larga trompa.

 

El 21 de agosto de 2007 nació, como la encarnación animé de un programa de sintetización de voz, la ídolo musical japonesa Miku Hatsune. Su nombre significa “el primer sonido del futuro”. El programa permite divulgar músicas, canciones y bailes que son completados, votados y descargados por millones de usuarios, en una especie de régimen democrático y trabajo colaborativo de construcción musical. Su éxito no se explicaría sin su difusión a través de YouTube y su versión nipona Nico Nico Douga, llegando a llenar estadios para escuchar en directo una banda acompañando su imagen proyectada. En 2010 un seguidor consiguió recolectar 14.000 firmas para pedir a la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón que Miku fuera al espacio. El 21 de mayo de ese año fue lanzada la nave Akatsuki con tres grabados de la imagen de la cantante en su fuselaje, y ahora orbita alrededor de Venus.

 

El 25 de enero de 2011 comenzaron los levantamientos en la plaza de Tahrir en El Cairo. Era el segundo capítulo de lo que se ha llamado “primavera árabe”. Primero en Túnez y después en Egipto, activistas democráticos hicieron uso de las redes sociales y de internet para convocar levantamientos contra los regímenes existentes en sus países. La reunión pacífica de miles de decenas de personas consiguió que en 18 días fuera depuesto el presidente Mubarak. Uno de los blogueros que activaron esta revolución fue Ghonim, con la convocatoria en la página de Facebook – todos somos Jaled Said, en memoria del joven asesinado por la policía egipcia – en la que animó “si somos 10.000 en la calle, ya nadie puede detenernos”. Fue apresado en una de las manifestaciones. Al salir de la cárcel envió por Twitter este mensaje: “La libertad es una bendición por la que merece la pena luchar”. En esas revueltas fuertemente castigadas por la policía participó también el artista Ahmed Basiony, muerto por un tiro el tercer día de encuentros en la plaza. En la Bienal de Venecia de ese año, la muestra internacional de arte contemporáneo más veterana, se exhibió en el pabellón egipcio una instalación de múltiples pantallas con las grabaciones hechas con su teléfono móvil durante las persecuciones bajo el nombre “30 days of running in the space”. Las movilizaciones colectivas vinculadas a llamamientos a través de internet se extendieron a Libia, Yemen, Omán, Irak, Marruecos, Jordania, Argelia, Baréin, Siria, Libano y Arabia Saudí; fueron adoptadas por los grupos del 15M en Madrid y Occupy Wall Street en Nueva York, y en 2013 finalmente fueron decisivas en los protestos en la plaza Taksim en Estambúl, Turquía.

 

El 14 de noviembre de 2013 Google actualizaba el informe de transparencia de la compañía relativo al primer semestre de ese año. En él se informó que habían recibido en esos meses 3.846 peticiones de diferentes gobiernos para la retirada de contenidos de índole política, lo que suponía un incremento del 68% respecto al periodo anterior. El mayor número de peticiones provenían de Turquía.

 

 

¿Se forma ahora la historia en tiempo real a través de miles de pantallas? ¿Sería esta condición de multiplicidad el nuevo mito, entendido como explica Luis Alberto de Cuenca como “comportamiento humano y elemento de civilización”? ¿La multiplicación lleva a pasar de la manipulación a la simulación? ¿Despierta o duerme, como una forma de represión diluida que recuerda la sociedad descrita por Orwell? Más allá de metanarrativas posmodernas que auguran amos permisivos, ¿cómo lidiar con nuestra memoria múltiple actual en la “construcción colectiva del pasado por parte de la comunidad dada” (según Robert Gildea)?

 

Martin Luther King habló de “la urgencia del ahora” como motor para el cambio, y, en la instantaneidad de la comunicación a través de las redes, se gesta un nuevo espacio y paradigmas en la multitud conectada. ¿Si ya no hay un único relato integrador, qué recuerdos organizarán la diversidad y recompondrán el sentido? ¿Qué será seleccionado, escrito, reseñado, popularizado e institucionalizado por el historiador?

 

“Necesitamos sin duda de la historia, mas la necesitamos de forma muy distinta a la que necesita el ocioso mimado en el jardín del saber”

Nietzsche, De la utilidad y la desventaja de la historia para la vida, 1893.

 

“Todos somos descifradores, creadores y consumidores de mitos”

Roland Barthes, Mythologies,1957.

Vista de la exposición, planta baja: Luiz Roque, Leticia Ramos, Érica Bohm.

Vista de la exposición, planta baja: Yoshua Okón, Leticia Ramos, Luiz Roque.

Vista de la exposición, planta baja: Fábio Kacero.

APÉNDICE

 

Las obras y la colección

 

Vista de la exposición, planta alta: Selección de la colección OTR.

“Apoderarse de un recuerdo que relampaguea en el instante de un peligro”

Walter Benjamin, Sobre el concepto de Historia, 1940.

La operación de mirar, recortar, guardar, mirar de nuevo, registrar, mostrar. El coleccionista va formando su historia siguiendo un orden imaginario, su selección, como un recorte de realidad. Y lo real, como dice Rancière, “es siempre el objeto de una ficción”. Se estructura una ficción en la unión de otras ficciones, las obras. Los artistas, en su ejercicio crítico, aúnan lo existente y lo imaginado, creando lenguajes e imágenes, metáforas que incitan a pensar. Se percibe más allá y se abren nuevas posibilidades de ser.

 

Desde lo formal o desde lo narrativo, desde la indicación o desde la construcción – como en los trabajos que acompañan la selección de obras de la Colección OTR – se plantea una mirada crítica en el que se desvelan mecanismos de creación de imágenes y se proponen historias del relato por venir.

 

La Historia la escriben los vencedores, Febrero 2014.

Artistas: Erica Bohm, Felipe Ehrenberg, Harun Farocki, Fábio Kacero, Nicolás Lamas, Martín Legón, Almudena Lobera, Yoshua Okón, Guilherme Peters, Leticia Ramos, Luiz Roque, Lucas Simões.
Colección OTR – Pep Agut, José Ramón Amondaraín, John Baldessari, Carlos Bunga, Sandra Gamarra, Pello Irazu, João Louro, Nacho Martín Silva, The Royal Art Lodge, Thomas Ruff, Werker Magazine y Remy Zaugg.

Espacio de Arte OTR., Madrid.

 

 

 

Periódico Permanente é a revista digital trimestral do Fórum Permanente. Seus seis primeiros números serão realizados com recursos do Prêmio Procultura de Estímulo às Artes Visuais 2010, gerido pela Funarte.

 

Número 0

Número 1

Número 2

Número 3

Número 4

Número 5

Número 6

Número 7

Número 8

Número 9

PP 09 00CAPA3

Número 10


Edição Especial